lunes, abril 10, 2006

MILLONES QUE BAILAN SARDANA

Millones que Bailan Sardana.

Maragall otorga 1,2 millones de Euros al
ideólogo del pancatalanismo valenciano

Eliseu Climent es el más beneficiado de las ayudas a la Comunidad Valenciana

El PP cree que las asociaciones del editor Eliseu Climent son especialmente «virulentas» y suponen un «ataque a los gobiernos autónomos legítimamente elegidos»

MARÍA JESÚS CAÑIZARES

BARCELONA. En apenas dos años, el Gobierno catalán ha concedido cerca de 1,2 millones de euros a entidades vinculadas al editor Eliseu Climent, considerado el ideólogo del pancatalanismo valenciano. Acció Cultural del País Valencia (ACPV), asociación de carácter independentista presidida por Climent, es la principal beneficiada de las subvenciones oficiales otorgadas por el tripartito en 2004 y 2005 a entidades de la Comunidad Valenciana.

Sólo esta asociación acapara la mitad de las ayudas concedidas por la Generalitat catalana a organismos valencianos —un total de 2,3 millones de euros— desde que el tripartito accedió al poder según datos aportados por el primer consejero autonómico, Josep Bargalló (ERC), en respuesta a una pregunta parlamentaria formulada por el diputado del PP, Daniel Sirera.

En esos dos años, el departamento de Cultura catalán ha entregado a ACPV dos subvenciones que suman 970.000 euros, a las que se añaden otras dos concedidas por la Consejería de Presidencia por valor de 56.400 euros. Asimismo, el departamento de Relaciones Institucionales otorgó una subvención de 70.00 euros.

CiU también fue generosa

A estas cifras hay que añadir los 130.000 euros que la Consejería de Universidades destinó a la Fundació Francesc Eiximenis, y los 12.000 euros que Cultura dio a la Fundació Ausias March, ambas relacionadas con Eliseu Climent.

Este editor ya contaba con la generosidad de la Generalitat de Cataluña cuando gobernaba CiU. Sólo entre 1999 y 2001, el Ejecutivo de Jordi Pujol entregó 1,34 millones de euros al semanario nacionalista «El Temps», editado por Climent, en concepto de inserciones de publicidad, suscripciones y subvenciones.

En opinión de Sirera, «es una barbaridad que desde el Gobierno catalán se subvencionen entidades especialmente virulentas». El dirigente popular entiende que esas asociaciones controladas por Climent constituyen un «ataque a los gobiernos autónomos legítimamente elegidos» y que las ayudas concedidas por la Generalitat catalana son una «ingerencia intolerable», y un agravio comparativo.

El PP considera que las actividades de Climent trascienden el ámbito cultural, que es la excusa de la Generalitat para otorgar esas subvenciones, para adentrarse en el terreno político, tal como se aprecia en las manifestaciones que anualmente convoca ACPV para reclamar la independencia y la reunificación de los llamados «Països catalans». El editor es un furibundo defensor de la unidad de la lengua catalana, tal como se pudo comprobar durante la tramitación del Estatuto valenciano. Su asociación ACPV, junto a la entidad catalana Ómnium Cultural y Obra Cultural Balear, expresaron su rechazo al proyecto valenciano por entender que fomenta el secesionismo lingüístico. En enero de este año, una librería de Eliseu Climent fue asaltada por unos encapuchados que supuestamente le echaron en cara su ideología pancatalanista.

Estas maravillas no necesitan excesivos comentarios: Los gobiernos de Cataluña (Pujol antes que Maragall) financian muchas actividades para el control de los reinos de Mallorques y de Valencia, así como de trozos de Aragón y de Francia. Una locura que sale muy cara a todos: unos presupuestos disparados de la Generalidad de Barcelona, cuya deuda acaba pagando el Estado al que se ataca. La vieja demencia española.

Lo formidable es que los catalanistas –en todas partes- hablan impunemente de la «Reunificación» de los malhadados y desastrados “Países Catalanes”, lo que supondría, claro es, la pérdida de la autonomía de Valencia y de Baleares.

No les basta con esto. Han conseguido, atornillando al Zapatero y sus socialistas, que el Supremo se metiera en las honduras de la “Unidad de la Lengua”, que consiste en suplantar lo hablado en Valencia y Baleares, y en más de media Cataluña, por el habla de Barcelona, modelo del Catalán “Estándar”. Bajo la voluntad secesionista de TODOS los partidos políticos y de todos los espíritus que han sido rotos en las universidades y seminario de Barcelona. Así es como se permiten salir indemnes de declaraciones como que los que no son separatistas, y quieren conservar sus tradiciones, cometen «secesionismo lingüístico». Que los sediciosos hablen de sedición equivale a que los traidores ( a la unidad de España) hablen de los traidores que no se pliegan a la voluminosa traición de los políticos catalanes y de algunos de sus locos seguidores. Una dolorosa enfermedad de la mente y del bolsillo. Y de la mente de bolsillo.

Y un gran negocio. Si no lo fuera, ¿a santo de qué regalar dinero a los esbirros «de provincias»?