lunes, marzo 13, 2006

ADIOS CATA-SPAÑA

Las varias Cataluñas falsas tras deglutirse España.

ADIÓS, CATALUÑA
por
CÉSAR ALONSO DE LOS RÍOS

El proceso es tan implacable como átono. Se ha temido más el anuncio de la voladura de la Nación que la voladura misma. La sociedad, encadenada por lo cotidiano, traga todo; encaja todo. Sabemos que algún día pagaremos una terrible factura por el crimen que estamos cometiendo estos días pero, de momento, vamos saliendo adelante. Viviendo.

Antes de ayer, la comisión constitucional liquidó la unidad de España. Virtualmente. Burocráticamente. ¿Para cuándo los desgarramientos de vestiduras de los que deberían sentirse afectados? ¿Para cuándo ese tipo de gestos que suponemos que se dan en los momentos «históricos»? Por otra parte, ¿cuáles podrían ser los momentos «históricos» de este nefando proceso? ¿Acaso el día en que las Cortes aprueben el Estatuto? ¿O bien, al final del Referéndum? Claro que, una vez hecha esa consulta a los ciudadanos de Cataluña, ya no habrá nada que hacer. Socialistas y nacionalistas brindarán con cava y deberemos prepararnos para el siguiente Estatuto, cuya aprobación requerirá chacolí para los brindis.

Algunos de los responsables de este descuartizamiento de la Nación que supone el Estatuto catalán, tienen necesidad de taparlo. Reconocen que en él se define a Cataluña como Nación pero también como nacionalidad. O sea, que para Maragall es lo primero pero para Guerra es sólo lo segundo. Y todos tan contentos. ¿Esquizofrenia? Picaresca, inmoralidad, vía segura a la corrupción. Quizá a algo más grave.

Para desactivar al personal, Manuela de Madre, cráneo privilegiado, dice que el reconocimiento de Cataluña como Nación no implicará la reivindicación de un Estado. Como si en el articulado del Estatuto no estuviera ya implícito un Estado. ¿Acaso no se da cuenta esta señora de que cada uno de los artículos del texto que se está aprobando estos días es un hachazo al Estado actual, esto es, a la unidad de jurisdicciones, a los derechos de los ciudadanos al uso del español, al común sistema fiscal, a la representación en el exterior...?

Es muy divertido comprobar que mientras los socialistas intentan quitar importancia jurídica al Preámbulo (del mismo modo que tratarán de rebajar el perfil anticonstitucionalista del resto del Estatuto), los nacionalistas defienden lo contrario. Celebran el espíritu soberanista del Preámbulo y su capacidad para penetrar e informar el articulado desde el comienzo al final.

(Fragmento tomado del ABC)

La Universidad de Trapisonda mira, con la agudeza propia de su nombre, esta interminable trapisonda (o trapaza) de los catalanistas insensatos. De hacer víctimas a todos los que vivían en Cataluña han pasado, en salto cuantitativo, a victimar a toda España. Ya podría el Gobierno saber que, como siempre, van de farol, que son trapaceros, y que cada paso que se de hacia el interminable lamento catalanista es un paso que nos acerca a un grave enfrentamiento entre españoles. No, como suponen algunos, entre España y “Cataluña” (pues esa región se arrincona y calla cuando vienen mal dadas) sino entre españoles normales y el PSOE, tan anormal y falso. No hay que olvidar que fueron los tutores del anterior asalto a España perpetrado por los separatistas en los años treinta.

El Rector 007