martes, octubre 10, 2006

MISERIAS CLERICALES CIMARRONAS


El famoso Diario Menorca, que no es ni chicha ni limoná, parece un “Estokolmo” grave, o sea, como el alzheimer pero con miedo, y de ahí que lo que más hay en las páginas propiedad de la clerigalla son opiniones rojas, liberales y separatistas.

Como Franco repobló de curas la isla de Menorca y arregló los destrozos “laicos” de las iglesias, lo que el catolicismo bribón manda en la isla es contradecir eso de Requiescat in pace y 31 años después de su muerte rara vez olvida publicar algo que le revuelva un poco en la tumba. A medida que pasa el tiempo, en lugar de ceder en sus ansias juzgadoras (no juzgues y no serás juzgado), aumentan en maldad los calificativos que se publican en ese periódico propiedad del Obispado.

Lo que sigue no es la opinión de un lector o de un articulista de la casa, que dirían que sólo es atribuible a su autor. No. Es un artículo de agencia que, conscientemente, se ha escogido, se ha pagado y se ha publicado en el aperiódico clerical y no se sabe si aún católico, porque suscribe, entre otras maravillas, que a veces los hijos -y nietas- heredan los pecados de los padres y abuelos, y no descuida rendir tributo a las mentiras oficiales.

Lea usted un ejemplo de la miseria que informa, pagando por publicar infamias. En Trapisonda, de ser ese nuestro negociado, también daríamos una medalla al Obispo por su labor carcelaria: Medalla de oro al encarcelamiento de la decencia y de la verdad.

La nieta del caudillo

RAFAEL TORRES


Los hijos no heredan necesariamente los pecados o los delitos de sus padres, y los nietos, menos todavía, de modo que al contemplar las pesadas volatinerías de Carmen Martínez Bordíu en el programa de bailes de salón de TVE, no se puede, por mucho que rechine en los ojos la visión, aludir a su condición de nieta del sanguinario general para encontrar insoportable e inaceptable su presencia en dicho concurso. Ahora bien; la cosa cambia cuando nos enteramos de que la desenfadada criatura recibe cuarenta mil euros por programa mientras el ente público que le libra esa cantidad que sale del bolsillo de los ciudadanos ejecuta una drástica reducción de plantilla que ha dejado en la calle, severa y desoladamente prejubilados, a miles de trabajadores. El pasmo y la indignación que ello suscita se acrecienta, empero, al ver a su marido, un tal Campos, enchufado como "profesor" de no sé qué en otro espacio de la misma televisión estatal.

Los nietos, ciertamente, no heredan los delitos de sus abuelos, y por eso, y porque hablamos de alguien que conserva íntegros sus derechos de ciudadanía, no puede impedirse a la nietísima del abuelísimo que baile cuanto el cuerpo le pida frente a las cámaras de la televisión pública, pero sí se puede, y se debe por un prurito de higiene democrática, pedirle que lo haga gratis, pues resulta de todo punto inconcebible y de innegable mal gusto que quien se crió y vivió durante buena parte de su vida a costa del erario público en los tiempos de su abuelo, lo siga haciendo en estos otros que se suponen más decentes, limpios e igualitarios.

El Rector Resabiado 007
Nótese que la vida de la nieta mayor de Franco no es asunto que incumba a la política, de modo que lo que el articulista dice y el "Menorca" paga es un equilibrio circense de mala fe y de algo peor: odio desmesurado de retrasados mentales históricos. Estos rojos con sotana descansan poco.