miércoles, enero 10, 2007

LAS VÍCTIMAS DE LA IDEOLOGÍA DEL ODIO


El Cardenal Rouco Varela, con razón inoportuna para muchos, ha dejado las cosas claras: los dos ecuatorianos asesinados en Barajas son víctimas de la Ideología del Odio. Es de suponer que las anteriores, también.

Aunque España agradecería el magisterio, la natural precaución clerical le ha impedido identificar por el nombre propio a esa Ideología del Odio, como le impidió -por respeto a otros obispos de la C.E-, decir algo que lleva milenios en la doctrina: que la Unidad es un bien moral. La de España incluida. Porque, si no hay contraorden, seguimos rezando y creyendo en la comunión de los santos, o sea, la unidad de ellos.

Vuelva el lector la vista por las cercanías históricas y diga si ve las matanzas de Pol Pot, o las de Stalin, o la miríada de movimientos terroristas, donde sólo dos parecen escapar a la ideología básica del odio para hacer versiones propias: Los terrorismos musulmán y judío.

Lo demás, va con nombre y apellidos: Sendero Luminoso, Baader Meinhoff, Grapo, Eta, Ira... lo que se quiera. Y su nombre familiar es sencillo: Marxismo. A las duras y a las maduras, marxismo, sin olvidar como los propios Psoe y PC históricos se dedicaron a la imposición del terror, justo como en las revoluciones francesa y rusa.

O sea, ¿qué impide que la obispada diga claramente qué compone la ideología del odio? Ahoran le llaman prudencia, pero no es prudencia. Ahota lo llaman moderación, pero no es moderación. Miedo le dicen los que todavía no se han inoculado de lo "correcto".

Todo sacerdote que aspire a conducir a su rebaño a campos más felices y prósperos debe señalar ese mal, tan fácil de ver pero tan aterrador: Social-Comunismo, la creación de Carlos Marx y de Engels, que ha recaudado, en poco, la mayor cosecha de guerras y asesinatos que conoce la humanidad.

Y si no se dice, explíquese por qué exactamente. ¿Por no hacer un juicio temerario? El Cardenal, se aproximó, suavemente: "en España no falta la paz porque haya guerra, sino porque hay terroristas que amenazan la vida y la libertad de sus semejantes". O sea, hay guerra porque hay marxistas sueltos; socialcomunistas.

Frente a esta constacia que todos conocen y nadie comenta, nuestros enormes jefes políticos se han subido rápidamente a los cerros de Úbeda, con algún obispo: ZP deja abierto, pero para cuando olvidemos, el diálogo con Eta, una prima hermana, y Rajoy considera que la solución será el Pacto Antiterrorista. No parece que ninguna de las dos opciones, probadas y fracasadas ya, tenga la capacidad de vencer a la Ideología del mal. ¿O es que esas charletas a resguardo acabarán con Eta y sus causas?

Vencer, en tanto no encuentren palabra major, pasa por la destrucción del enemigo. Y coincidirán conmigo que lo mejor es la paz, y, luego, que si alguien tiene que morir, que sea el inicuo y no el inocente.

Mientras, o sea, mientras no vayan en serio, nada. Miseria, nada, complicidad y humo.

El Rector Pastrana.