martes, julio 25, 2006

BONITA CARTA A MARAGALL

El señor Maragall es un catalán profesional, como un obispo es un religioso profesional. Se vive de ello. Matas es un Mallorquín profesional y la señora Barceló una menorquina ídem, lo que es relativamente triste: ganarse el pan o la gloria a costa de la región o comarca donde se nace o donde se ejerce tiene un no sé qué de estafa al resto, es decir, aroma de "superestructura" innecesaria.

Así las cosas, reproducimos en esta página de catalanismos la carta que ha remitido el Director del Implacable a monseñor el Presidente del Parlamento de Cataluña, que bien puede servir de modelo de epístolas verdaderas pero molestas.

Trapisonda.

La redacción de "El Implacable"

Jesús Flores Thies-Coronel de Artillería (R)
Valencia 11-08015 Barcelona



Barcelona 24 de julio de 2006

Señor Presidente del Parlamento de Cataluña


He leído en alguna parte que, anticipándose a la condena del Parlamento en Madrid (¿podríamos decir Parlamento Español?), el de Cataluña va a condenar la “agresión contra el régimen legalmente constituido, que se produjo el 18 de julio de 1936”. Y de paso, aprovechándose de que el Pisuerga pasa por Valladolid, hacer un homenaje a la república número dos.


Hay quien cree que por el hecho de haber sido elegido, mediante unas aburridas fórmulas matemáticas, congresista de aquí o de allá, el diputado recibe como un pedrisco todos los frutos (12) del Espíritu Santo, más los dones, así como de propina (6),, es decir, diez y ocho regalos celestiales que le convertían en un ser blindado, inatacable, listo, generoso y honrado. Desgraciadamente no es así, y un elegido a la rentable poltrona de diputado puede ser inteligente o torpe, bueno o malo, sectario o independiente..., incluso puede ser elegido un caradura de siniestro pasado chekista, como Alberti, que una vez que ha sido elegido, da la espantá y apenas si calienta el sillón; un genocida como Carrillo Solares, que ocupó la poltrona democrática en las primeras Cortes pos-franquistas junto a la sesteante “Pasionaria”; o un simple asesino, como ese etarra elegido diputado por Europa y que fue nombrado para la “Comisión de los Derechos Humanos”, nada menos.

Como ve, los diputados no son espíritus puros, ni siquiera selectos. Recuerde aquel viaje a Cuba del Presidente Pons, el del Senado (ya sabe, esa Asamblea que nadie sabe para qué sirve), para concederle al tiranosaurio antillano la Medalla de oro del Congreso concedida por mayoría ¿Qué habría en las cabezas de aquellos senadores, además de un estúpido sectarismo, que finalmente sólo consiguieron hacer el ridículo frente a Castro que hizo esperar al generoso Pons lo que le dio la gana?

De aquí que esa decisión de las Cortes del Parlamento de Cataluña importe a muchísimos catalanes una hermosa higa. No nos obliga a nada, no la aceptamos, pero es que ni siquiera nos importa. Y una vez más se nos demuestra que ese Parlamento no legisla ni piensa más que en su sectaria política que, por mucho que pongan de vez en cuando los ojos en blanco, es política antiespañola, pese a la inútil presencia de los del PP, hoy reconvertidos en PPC, es decir, los mismos “perros con distintos collares”, oiga, empleando la palabra “perros” como metáfora, que cada vez nos gustan menos las querellas.

Si echamos un vistazo a la Cataluña de la república, desde aquel 14 de abril de 1931, pasando por la sublevación separatista contra “el gobierno legalmente constituido” en octubre de 1934, y hacemos un rápido recorrido por esa Cataluña posterior a las elecciones de febrero de 1936: y, sobre todo, a la Cataluña ensangrentada y cubierta de fiemo, sangre y desvergüenza posterior al 18 de julio, con la increíble destrucción del Patrimonio, el saqueo más brutal, el robo institucionalizado y, no lo olvide señor presidente, la más brutal persecución religiosa, superior a la que se desató en otras partes de España, sumados a los crímenes que asolaron a toda Cataluña cuya relación puedo enviársela si me la solicita, las chekas que funcionaron hasta la misma víspera de la liberación..., si echamos un rápido vistazo a estos períodos, los más miserables de la historia catalana, la verdad, poco queda por conmemorar, salvo la liberación de tanto crimen, tanta destrucción y tanto saqueo en marzo de 1939.

No han querido, y nunca querrán, organizar una comisión independiente, no formada por diputados, que para eso, como para otras cosas, ya vemos que no sirven; una comisión para sacar a la luz las reales causas que motivaron un histórico 18 de julio, los efectos de la revolución e, incluso, de la represión posterior a la victoria nacional, con la publicación libre de los procesos donde podamos ver la justicia o la injusticia de aquella represión. Y los diputados, mientras tanto, ya que para eso cobran, y muy bien además, se dediquen a organizar una especie de ley de olvido del rencor, del odio y de la mentira como sistema político. Y se acabaron las murgas y las rabietas para mirar hacia delante, para trabajar hombro con hombro y para convertir a Cataluña en lo que era antes de la llegada de los odiadores: una tierra en la que todos s españoles nos sentíamos como en casa.

Podrá decir que he tratado con poco respeto a los señores parlamentarios catalanes (pues ya verá cuando me ocupe de los de la Carrera de San Jerónimo). Pero es que el respeto no se obtiene por decreto, sino que se gana, y quien no se respeta a sí mismo, difícilmente puede exigir respeto a los demás. De todas formas, con más respeto he tratado yo a ese Parlamento, que ese Parlamento a mí.

Le agradecería una especie de acuse de recibo

Le saluda



El dibujo de Jota Efe ilustra lo suficiente sobre el gafe de los españoles coetáneos del señor Zapatero, empeñado en enseñarnos lo que debemos recordar, o sea, al estilo de la famosísima y desorejada Enciclopedia Soviética, o sea, "Sociética".

Cosa curiosa: no hay partido presente en las cortes ni en el parlamento de Cataluña que no haya saqueado en su momento, pero tales cosas no tienen por qué ser recordadas.

EL RECTOR ESTUPENDO, cátedro de Mangancias Olvidadas.